Dia 11: Glaciar y Chalten

Hoy me despierto y Beto ya no está en la cama de al lado. Ni señas del amigo y Charly que ya empieza a levantarse. Al rato de todas las ceremonias matutinas empezamos a preocuparnos por el tercero de los viajantes. O Beto se había tomado un avión de regreso desde Calafate harto ya de aguantarnos o se había congelado como pingüino pelado en camino a alguna panadería. Después de un rato esperando, apareció en la puerta con las facturas para el desayuno y el viaje. Lo que fue agradecido con un buen par de cafés y ya a eso de las diez salimos al glaciar. 

El camino de ruta en algún momento se torna muy divertido para Charly ya que es un típico camino de montaña con curvas y contra curvas en subidas y bajadas, lo que se le notaba a primera mirada que lo estaba disfrutando. Luego de un rato de ruta de ingreso, finalmente vemos el glaciar a lo lejos acercándonos de forma gradual y yendo a lo alto del camino en la cumbre donde comienzan las pasarelas.

Desde la ultima vez que vinimos notamos que ya agregaron un par de pasarelas nuevas, es un lugar totalmente preparado para todo tipo de turismo con pasarelas metálicas señalizadas con colores para recorrer los diferentes tramos, esta preparada para cualquier perfil de esfuerzo, pudiendo observar el glaciar desde múltiples puntos de vista eligiendo la dificultad de acuerdo al perfil de la persona que lo haga. No es mi tipo en estilo de travesía turística que me guste en lo personal pero es algo que debe hacerse, es una visita mas convencional para mi gusto pero bien vale la pena.

Lugo de cargar el agua para el mate a la vuelta del paseo, visitamos la playita que esta debajo en el lago, un par de fotos de turis y salimos a la ruta en busca de la 40. Hoy el viaje no será tan largo, solo algo mas de tres horas para llegar al lugar de la Patagonia que en lo personal prefiero sobre cualquier otro, el Chalten. 

Ya en la ruta provincial que se despega de la 40 para el ingreso al pueblo, al rato largo de andar se comienza a distinguir el Fitz Roy sobresaliendo de las otras montañas, en esta ocasión con las laderas totalmente nevadas, con sus dos picos característicos. Peor esta vez no tuvimos tanta suerte, la vista de los obeliscos de piedra natural ocultos bajo una serie de nubes que no terminaban de despejarse. Lo que pudimos observar es que muchos tramos cercanos al glaciar cercanos a la base del lago superior se encontraban completamente cubiertos de nieve, así que veremos hasta donde podemos ascender ya que el ultimo tramo posterior al refugio es muy inclinado, sólo de piedras y ya sin nieve es dificultoso, habrá que ver si esta en condiciones para llegar.

Luego de llegar y acomodarnos en nuestro nuevo refugio, salimos a buscar pertrechos para la cena caminando entre medio de una corriente de viento intensa que nos lleva y con una temperatura que provoca que lo que esté al descubierto se torne insensible a lo que sea, me podían cortar la mano con un hacha que ya no sentía nada, se los aseguro. Volvimos caminando tranquilos, tapados y con lo necesario para la cena. Helados como un Patalín pero ya listos para no salir hasta mañana, en mi caso disfrutando la vista del barrio nuevo por unos días.

Unas pizzas, unas buenas empanadas y a descansar




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